Los seguros para instrumentos cada vez se están poniendo más famosos entre los músicos, puesto que son elementos muy caros y esenciales para que los músicos se ganen la vida. Aunque en el 2014 el Parlamento Europeo haya aprobado una normativa que permite que los instrumentos viajen como equipaje de mano en vuelos europeos, muchas aerolíneas ponen difícil esta tarea.
El seguro depende mucho de la aseguradora que ofrece el mismo, pero la mayoría se comercializa como un Todo Riesgo. Suelen cubrir los trayectos de los músicos y sus estancias fuera de casa, pérdida, robo, ataque o daño accidental.
Este tipo de seguros cuenta con un límite económico establecido por la aseguradora. Cubriendo como máximo hasta la cantidad acordada en la póliza. A parte de esto, suele tener franquicia, es decir, que si se establece en 100 euros, por ejemplo, todos los daños que sufra el instrumento por debajo de este límite, debe cubrirlos el asegurado. En caso de que sean mayores a 100 euros, el asegurado ha de asumir el pago de esos 100 euros y la aseguradora el restante.
Por otro lado, las pólizas de este tipo suelen excluir el desgaste natural del instrumento, daños producidos por el mal mantenimiento o daños producidos por insectos. Muchos seguros no cubren el hurto producido sin violencia.
Hay dos grandes tipos de seguros para instrumentos:
- Individuales: Cubre los instrumentos a Todo Riesgo de manera individual. Están destinados a profesionales y a aficionados.
- Colectivos: Es la clase de seguros que contratan orquestas, grupos y conservatorios. El seguro cubre los instrumentos de grupos a partir de cuatro músicos.