En España, una de cada tres empresas que cerraron durante la reciente crisis lo hicieron por culpa de clientes morosos. Curiosamente, en 2018, la ligera recuperación económica también ha contribuido a aumentar la morosidad entre las empresas, según CEPYME.
El pequeño empresario es el que más sufre esta mala práctica de las medianas y grandes empresas, que aprovechan su fuerza para retrasar los pagos e imponer condiciones abusivas que hacen peligrar la continuidad del negocio. Una problemática que se espera solucionar con la futura “Ley de Refuerzo de la Lucha contra la Morosidad en las Operaciones Comerciales”, ahora en el Congreso, que sancionará a quienes se retrasen en los plazos máximos de pago previstos por la Ley.
Sea cual sea el servicio que preste, antes de trabajar para un nuevo cliente, unos sencillos pasos le ayudarán a evitar problemas y malentendidos:
-Averiguar la solvencia y la situación financiera de la empresa a la que piensa prestar un servicio concreto, comprobando que no aparece en las listas de morosos y revisando sus informes económicos y financieros en el Registro Mercantil.
-Formalizar un contrato por escrito. A veces, las prisas por comenzar a trabajar omiten esta parte imprescindible en cualquier acuerdo comercial. En él se incluirán todos los aspectos relativos a los métodos de pago, vencimientos, intereses en caso de demora, etc., y estarán fijadas las condiciones para reclamar ante los tribunales en caso de impago.
Además, contar con un Seguro de Crédito es una red de seguridad que permite al empresario centrarse en su actividad y en facturar, en lugar de preocuparse por el cobro de las deudas. El seguro ofrece tres servicios de gran utilidad dirigidos a la prevención (la aseguradora analiza la solvencia de los clientes de la empresa), el recobro (realiza una gestión de las reclamaciones y recuperación de los créditos impagados) y la indemnización al asegurado (en caso de insolvencia o impago del deudor).
Si se plantea contar con esta protección, consulte a su corredor de seguros, quien le ayudará a identificar el seguro de crédito y las coberturas que se adaptan a su negocio. Y, lo más importante, si finalmente se produce el siniestro, contará con un profesional que contribuirá a que aumenten las posibilidades de cobrar su deuda rápidamente, para que su tesorería sufra lo menos posible.