«El instinto de supervivencia me dijo: Pepe tienes que tirar adelante agudizando el ingenio y esforzándote más. Si hay que hacer la rebelión del pequeño comercio, ¡pues se hace!».
No lo sabían, pero, para salir adelante, Pepe Pescadero y Manoli Chavalines aplicaron la técnica del comerciante exitoso y resiliente. Escuchaban malas noticias, vivían con incertidumbre, la caja estaba vacía… Tenían miedo, pero no entraron en pánico, mantuvieron la calma. Como tantos otros pequeños comercios, cogieron lápiz y papel e hicieron cuentas. Redujeron gastos, negociaron pagos con proveedores y pusieron en marcha promociones. Los premios han sido clientes más fieles.
Los tenderos son los ojos de la calle, se han preocupado por nosotros. Son personas a las que puedes comprar semana tras semana. Te ofrecen buenos productos porque saben que vas a volver. No te engañan. Por eso confiamos en ellos.
Desde el sector asegurador deseamos que continúen atendiéndonos tan bien como hasta ahora. Por eso, indemnizamos todos sus riesgos: incendios, robos, escapes de agua, rotura de cristales y rótulos, daños atmosféricos, daños a equipos electrónicos… También cubrimos los daños estéticos a la estructura y al interior de sus negocios (muros, mobiliario, decoración, maquinaria). Les habilitamos un Servicio 24 horas con atención rápida de profesionales (fontanero, electricista, cerrajero…) y vigilancia (para robos y alunizajes). Los pequeños comerciantes son disciplinados y atentos con nosotros, sus clientes. Nos envían este mensaje: «Es momento de dar GRACIAS a la fidelidad de nuestros clientes, al boca a boca y al trabajo de los de casa, de los que vivimos de este negocio. No son tiempos fáciles, pero es un placer verte entrar por la puerta cada día.»