“Es un pequeño apartamento, pero nos da la vida. Antes íbamos con nuestros hijos, todo el verano, incluso sus amigos también venían. Ahora vienen hasta mis nietos. En invierno la solemos alquilar, pero no siempre está habitada”.
¿Por qué tienes que asegurar tu segunda vivienda si no vives allí todo el año?
Precisamente por eso, porque la dejas expuesta a filtraciones de agua, fallos eléctricos, robos e incluso a que la ocupen. Puede ser la casa del pueblo, un apartamento que tienes en una población costera, o el piso que compraste en la ciudad cuando tus hijos se fueron allí a estudiar, y todas merecen la misma atención y seguridad que tu vivienda habitual.
No importa cómo sea una segunda vivienda. Has invertido un capital o te has rehipotecado adquiriendo un segundo hogar ¿Por qué arriesgarlo todo no contratando un seguro adecuado para protegerla? El riesgo es mucho mayor, ya que, ante la ocurrencia de un siniestro, al no haber nadie para darse cuenta de éste, las consecuencias suelen ser más graves. Por ejemplo, la rotura de una cañería, una gotera, un chispazo eléctrico o incluso que se rompa una ventana y deje entrar las inclemencias climatológicas a la casa… Y por supuesto, los robos, especialmente cuando no hay vigilancia.
Para contratar un buen seguro hay que tener en cuenta las circunstancias que rodean a las segundas viviendas, pues permanecen mucho más tiempo deshabitadas y existen seguros especialmente diseñados para ellas de forma que la aseguradora responda perfectamente en caso de siniestro.
Te recomendamos que te acerques a nuestra oficina, nuestra capacidad de trabajar con todas las Compañías Aseguradoras nos permite darte la mejor oferta adaptada a tus necesidades reales ya sea tu vivienda principal, segunda vivienda o vivienda de alquiler, necesitas la mejor protección.