Este año el invierno ha resultando especialmente duro en muchas partes del país. Las gélidas temperaturas y las enormes nevadas han provocado algún que otro susto o problema en la red de carreteras.
Ahora, con la primavera muchos podrían pensar que lo peor ya ha pasado y ya puede relajarse… pero en absoluto, ya que esta época es traicionera en lo meteorológico. De hecho es importante que realices una serie de tareas de mantenimiento para evitar problemas más costosos en el futuro.
1. Presión y dibujo de los neumáticos
Una presión correcta es fundamental para manejar bien el coche y que los neumáticos no se desgasten prematuramente. Si notas que tu coche tiende a irse hacia un lado, entonces puede ser que los neumáticos no tengan la presión adecuada.
Ya deberías saber cómo comprobar la presión de los neumáticos y tener mucho cuidado si observas:
- Presión inferior a la recomendada: Hace que los neumáticos se calienten antes y se desgasten más rápido, y que el coche consuma más combustible. Además, los riesgos de desllantar o sufrir aquaplaning son mucho mayores.
- Presión superior a la recomendada: puede provocar que el neumático se desgaste más por la parte central de la banda de rodadura y se estropeen antes las suspensiones, porque el coche soporta peor las irregularidades y baches del asfalto
2. Cambia el filtro antipolen
El tráfico levanta una enorme cantidad de partículas en suspensión de polvo, polen, restos de neumáticos desgastados, polvillo de las pastillas de freno, ácaros, bichos… que se van acumulando a lo largo del tiempo en el filtro anti polen (también conocido como filtro del habitáculo).
De ahí la importancia en cambiarlo aunque no seas alérgico, ya que no sólo evita que entre polvo u otras partículas al interior del coche, sino que ayuda a mantener limpios los conductos del aire acondicionado y evitar así la proliferación de ácaros y bacterias. Es clave, sobre todo, para quien sufre de alergias.
3. Examina el estado de la batería
La batería es una de las partes del coche que más sufre durante el invierno. Las bajas temperaturas pueden deteriorarla muy rápido y, con ello, hacer que el coche te deje tirado en cualquier momento.
Si la batería de tu coche tiene más de cuatro años y notas que desde que arrancas el motor hasta que se enciende tarda unos segundos, deberías pensar en cambiarla (sobre todo en los motores gasolina). Pueden servirte nuestros consejos para comprar batería.
Para asegurarte de que no hay problemas es recomendable que el vehículo haya estado circulando al menos una hora preferiblemente por carretera y, después, se haya quedado en reposo otros treinta minutos.
4. Revisa los frenos
Si notas que el pedal de freno va más duro de lo normal, que el coche tarda más tiempo en frenar o si se ha encendido el piloto de la luz de freno, hay bastantes posibilidades de que necesites unas pastillas o discos nuevos.
Comprueba también el nivel del líquido de frenos, ya que no debe ser ni superior ni inferior a los parámetros establecidos por el fabricante.
5. Comprueba el sistema de iluminación del coche
Las luces de tu coche son claves para ver… y ser visto. Antes de nada, comprueba que todas las funciones de iluminación y señalización funcionan correctamente.
En caso necesario, tendrás que cambiar las lámparas que no lo hagan.
- Es importante comprobar la altura y regulación de las luces. De este modo, evitaremos deslumbrar a quien se cruce con nosotros en la carretera por la noche y garantizaremos una óptima visibilidad. Puedes hacerlo «a la antigua», contra un muro, pero la mejor opción, sin duda alguna, es hacerlo en el taller, donde utilizarán un regloscopio.
- Recuerda que es recomendable cambiar las lámparas del coche por parejas, para garantizar un óptimo funcionamiento del sistema.
6. Carga con elementos obligatorios… y recomendables
No olvides llevar los recambios necesarios: rueda de repuesto con la presión necesaria, un juego de luces, dos triángulos homologados y el chaleco reflectante.